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The Hateful Eight

la octava película de Tarantino no decepciona, por el contrario, llena de ansias por más.

Publicado: 2016-01-27

El octavo film de Quentin Tarantino está dedicado a uno de los géneros clásicos del cine, y del cual se considera fanático el director, y que ya ha trabajado, el western; película que transcurre a pocos años de la guerra de secesión en Estados Unidos. 

La acción empieza cuando dos cazarrecompensas (Samuel L. Jackson y Kurt Russell) acompañados por una fugitiva (Jennifer Jason Leigh) y el nuevo Sheriff de Red Rock (Walton Goggins) intentan llegar al pueblo mencionado. Sin embargo, una tormenta los obliga a parar en una mercería donde se encontrarán con un grupo ya establecido ahí, Bob (Demian Bichir) un mexicano encargado momentáneamente de la mercería, el verdugo de la región (Tim Roth), un vaquero (Michael Madsen) y un general confederado (Bruce Dern).

Es en la mercería donde empieza a dar rienda suelta el estilo ‘tarantinesco’, insultos, violencia, disparos, venganza y, el ingrediente especial, sangre, mucha sangre; algo latente en el cine del director, desde su primera película, Reservoir Dogs.

Al inicio y al medio de la película, se ve un crucifijo, en pleno camino hacia Red Rock, imagen mostrada en el camino de las diligencias, como representando que, hacia donde se dirigen, es una parada hacia el cielo, para tanto malhechor.

Interesante ver en The Hateful Eight, referencias a las películas anteriores de Tarantino, por ejemplo, dividirla en capítulos, como el caso de Bastardos sin Gloria, el mismo género, con personajes, en cierta medida, similares, como Django sin Cadenas, y también una similitud con Reservoir Dogs.

En el film se nota, claramente, la vida y costumbres de la época, como el racismo, llamando negro a cada instante al personaje de Samuel L. Jackson, machismo, los insultos y el maltrato al que se ve expuesto el personaje de Jennifer Jason y la xenofobia contra el mexicano.

Así mismo, una mención especial a la música, y es que Ennio Morricone, el mismo director de sonido que el clásico de Sergio Leone, El bueno, el malo y el feo, se luce con las composiciones para esta película, que, sin duda, revive el género y hace de The Hateful Eight, otra maravillosa genialidad de Quentin Tarantino.


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